Superposición
Nos lo han dicho de muchas maneras, pero nuestra mente no puede ni quiere aceptarlo, y nunca lo hará.
No le faltan argumentos a favor cada vez que ve amenazado su alimento vital, por menosprecio, duda en la veracidad, o escaso alcance de aquellos pensamientos que sostienen su supremacía sobre la interpretación que sigue a nuestra percepción de la realidad.
El resultado, interminables cadenas de argumentos y amenazas concatenados, en un flujo mental incesante cuyo único objetivo es mantener el secuestro de nuestra verdadera identidad.
De lo contrario, la mente, dejaría de ser.
Sin embargo, no quiero, ni debo, dar más importancia que la justa a este hecho. Con haberlo comprendido, es suficiente, y siempre lo será.
Es evidente que tal determinación indique cierto distanciamiento entre la víctima y el secuestrador, cierta brecha en la consciencia, y no son menos interesantes cuantas conclusiones se derivan del buen uso de esta práctica, bla, bla, bla,.......... más de lo mismo.
Si no te sirve con eso, te lo digo en verso:
La mente en sus trece...
...desatención se merece.
Nada más hermoso que convertir los eslabones en flores
que adornen la realidad palpable del horizonte.