jueves, 23 de diciembre de 2010

Mi deseo


...y en la breve magestuosidad del cielo crepuscular,
una estrella fugaz indicaba el camino
hacia la eternidad de aquel instante.

Que en nuestra entretenida bóveda mental,
los pensamientos vacuos no distraigan la atención
sobre aquellos que hunden sus raíces...
...en el autoconocimiento.

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os desea una Feliz Navidad
y un introspectivo año nuevo.

domingo, 19 de diciembre de 2010

Sueños e introspección


No encontré semejanza mayor a mi vida, que en una cadena de propósitos y anhelos, ininterrumpida, en la que se enlazan infinidad de eslabones, tan numerosos como breves, tan escasos como eternos...

Y en la apariencia monocromática del vasto espacio de cada sueño a los que lanzo mis intenciones, puedo ver seis anillos concéntricos bien diferenciados. En esas posiciones he anclado progresivamente las miras desde fuera hacia dentro, creyéndolas como definitivas cada vez y llegando siempre a despreciar los externos… por inútiles. Aunque tal vez sea más ético decir que dan sentido a cada nueva posición interna, es extraordinario ver cómo a penas pueden condicionarla en lo más mínimo. Debe ser así precisamente, por la mayor imprevisibilidad de razonamiento desde la que se juzga cada posición para acceder a la siguiente, dada a su cercanía al deseo y por cuanto se aleja de su aniquilación.

Estos son los seis estadios que pusieron a prueba mi introspectiva:

En la ancha periferia y en contacto con la nada, el deseo convencional, el instintivo, el rudimentario.

Más allá del deseo… cómo lo percibo.

Más importante que el modo en que percibo el deseo… cómo interpreto su percepción.

Más trascendental que la interpretación del modo en que percibo el deseo e indiferente a la distancia a la que la realidad se sitúa de cada apreciación… el motivo de esa interpretación.

Más relevante aún que el motivo y la veracidad que lo coteja, justo después y nunca anterior a mi desesperada reiteración en la búsqueda de porqués… su aceptación.

Y oculto en la aceptación, el círculo central: un blanco en el objetivo, un objetivo en el blanco. Aquel sueño que siendo alcanzado, se convierte en único, desprovee de valor y ridiculiza cada deseo original en el que se esconde y del que se sirve. Sin depender en absoluto de la veracidad de aquel, de su percepción, interpretación y causa enlazadas, se muestra tan certero como eficaz, tan alejado del instinto animal como de la responsabilidad ajena, tan íntimo como externamente incomprendido y verdaderamente humano…

…protegerme de mí mismo.


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martes, 7 de diciembre de 2010

Confesiones de un miope

Sierra de Cazorla - Jaén.

Bendita ceguera confieso, miopía del mundo que habito y doble visión se me otorga: vida y situación vital… ¡qué disparate mortal, confundir la una con la otra!

Despejando voy cuantas dudas vienen, las acepto como tales… ¿qué pensabas?, como aceptar quisiera males, ventura, vida y muerte…

Horas que veo pasar, las saludo alegremente. Aferrarme a ellas no quiero, ni incendiar su marcha. Amigas de mis pupilas, amigas de mi alma…

Secuestrado en cavilaciones, les dirijo la mirada. Como luz crepuscular que el atardecer quiebra, observadas no resisten, se disuelven en la nada.

Diálogos de mi mente, intenciones para conmigo, sentimientos que derraman, cómo ella los devora y de argumentos se engrandece… que a todos me suscribo. Mas la presa se volvió escasa, que mis ojos, a buena hora, también reclaman…

Entretanto ‘solo’ obtengo soledad y aburrimiento. Afino la vista pues y ‘solo’ con él me hallo y de soslayo… me entretengo.

Y al acabar la confesión, aún escondo una treta. Velada en la pregunta “¿y ahora qué?” una última argucia espera. Confirmada la regla pues… y silencio por respuesta.

Bendita ceguera confieso, y gran hallazgo me muestra: que viendo a ese que siempre soy, no era entonces, quien antes viera…


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