viernes, 28 de agosto de 2009

Muscidae Occasus

El crepúsculo (Salinas de San Fernando)

Se había decidido por fin a abandonar aquel espacio reducido y polvoriento.

Conocía con exactitud todos y cada una de las columnas blancas que se alzaban en varios niveles y que cubrían casi en su totalidad uno de los laterales de aquel solitario habitáculo.

Desde el lugar donde se encontraba, podía contemplar muy bien la vacuidad del plano opuesto. Su cercanía, explicaba la extenuación al que le habían llevado los repetidos cambios de dirección de sus últimos desplazamientos.

Con una velocidad prodigiosa, giró su cuerpo justo lo suficiente para alinearse con los últimos rayos de sol que penetraban por el vértice superior de un hueco practicado en el lateral estrecho; hueco, que un día antes había permitido su entrada a un nuevo mundo rectilíneo y que ahora le ofrecía, por segunda vez, la posibilidad de contemplar multiplicada por mil y como si de una exposición de gradientes dinámicos de color se tratase, la belleza de aquel ocaso, sobre hileras de espejos plateados y montañas de sal.

Justo cuando el penúltimo rayo abandonó el último fotograma de su colmena visual, dió media vuelta tan rápidamente, que aún pudo apreciar la agonía del último hilo de su propia sombra. Sin duda alguna esta vez, una hora más tarde, hubiera sido capaz en total ausencia de luz, de entrar y salir sin percance alguno de todos aquellos agujeros de borde brillante al pie de cada columna, en cuyo interior, entre cantos de papel amarillo, había estado sembrando su propia descendencia.

Pero ya estaba decidido.

Con un movimiento casi inapreciable como de estremecimiento, pareció menguar a la posición de salida y acto seguido, se lanzó al vacío.

Una vez alcanzado en línea recta su objetivo: un fino halo vertical resplandeciente, otrora grueso a merced de las corrientes de aire, ya había descendido lo justo para situarse a media altura y... con un quiebro en firme, sólo faltó el trazo de media elipse cuasi perfecta para hallarse fuera.

Abandonado ya el hastío de lo conocido, sobrevoló con lentitud un prolongado y claro recinto sobreiluminado y siempre rectangular, para acceder a otro, mucho más espacioso y cúbico, donde la luz se repartía de forma desigual entre alargados focos deslumbrantes desde lo alto y algunas imágenes dinámicas estampadas a un lado, que captaban la atención de ciertos seres enormes y extremadamente torpes de movimiento. El lado opuesto, a sus espaldas y carente de objetos, mostraba un generoso hueco al exterior que había estado aportándoles luz, sólo eso, y ahora, convertido en crepúsculo, ya no contaba para ellos.

Nada más entrar, fijó su atención en un punto vacío, céntrico, equidistante de todo cuanto allí había y una vez más, con decisión, se dispuso a alcanzarlo.

Aproximarse a aquel lugar imaginario, le aportaba seguridad, al tiempo que lograba disipar toda la incertidumbre e inquietud acumuladas durante la nueva travesía. Lo cruzó con la exactitud de un relojero, percatándose poco más allá de que empezaba a alejarse y entonces, retrocedió bruscamente.

Así se mantuvo. Zigzagueaba sobre el plano ecuatorial de aquella sala,... siempre buscando el centro.

Los nuevos olores y la variedad de formas percibidas, conseguían distraer progresivamente su atención y alterar sus vaivenes, haciéndolos cada vez más prolongados y periféricos. Parecía incluso mostrar la apariencia de estar firmando su destino... De ser cuantificable, hubiera podido demostrarse la asombrosa proporcionalidad directa entre lo que distaba de aquel punto céntrico virtual y el irrefrenable deseo hacia lo desconocido, así como la proporcionalidad inversa entre éstos, y la ya diluida sensación de paz y seguridad, derramada en cada nuevo estímulo.

Y así, embriagada por aquella atmósfera pintoresca que era ya reconocida a escasa distancia entre numerosos torbellinos y piruetas varias, se dejó caer, no sin cautela, sobre una superficie a primera vista curva y heterogénea, que al instante resultó transitable y porosa, después cálida y apetecible, y finalmente... salada.

El éxtasis duró sólo un segundo.

La leve inclinación percibida bajo uno de sus apoyos traseros, cambió drásticamente su proyecto vital, centrado ahora en un único objetivo: la huída. Con cierta urgencia exagerada preparó la posición y levantó el vuelo. A escasa distancia pero a salvo, pudo observar la ejecución completa de la amenaza anunciada: una sacudida de velocidad ilusoria con que aquella protuberancia exquisita pero hostil, le mostraba su rechazo y abandonaba su posición original, arrastrando una oscura y enorme plataforma rectangular y perdiéndose con ella más allá de lo relevante.

En su lugar, quedaba al descubierto una porción considerable de otra planicie mucho más extensa y brillante, sobre la que se apoyaban algunos objetos muy atractivos, los cuales habían sido en número y tamaño suficientes, como para hacerla inapreciable justo hasta ese momento.

Con su firmeza habitual, descendió para analizarlos y... mientras avanzaba a pasos entrecortados, ocurrió...

Una sombra repentina desde atrás le impulsó a retomar el vuelo hacia delante, pero esta vez la urgencia era tal, que tuvo que omitir ese movimiento reflejo imprescindible para tomar velocidad. Tras un salto en oblicuo y mientras conseguía elevarse a duras penas, se percató al fin de lo que, irremediablemente, ya tenía encima....... mmmm......

......cabalgata de imágenes......

......silencio......

......inclinación......

......vértigo......

......y otro golpe, mucho más tenue y lejano, ya casi inapreciable, para acabar allí afuera, en la soledad de su última percepción:

Mientras un manto rojizo seguido por otro sin color iba cubriendo de un lado a otro y cariñosamente su múltiple exposición visual, se ancló allí, en el último fotograma, refugio de su vida, para recrearse por última vez en la majestuosidad de aquel crepúsculo, sobre hileras de espejos plateados y montañas de sal.

Ahora el centro...... ocupaba su lugar.


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lunes, 24 de agosto de 2009

El yo y el conmigo

Loma del Puerco (Chiclana de la Frontera)

"No puedo seguir viviendo conmigo. Ese pensamiento se repetía en mi mente una y otra vez. Entonces, de repente, me di cuenta de que era un pensamiento muy peculiar: ¿soy uno o dos? Si no puedo vivir conmigo, debe de haber dos yoes: el yo y el conmigo con el que ya no puedo vivir. Quizá, pensé, sólo uno de los dos sea real."

Eckhart Tolle

jueves, 20 de agosto de 2009

Tengo un problema

Nubarrones sobre el río Iro (Chiclana de la Frontera)

Cuando crees que tienes un problema... ¿no tienes la sensación de estar ante una gran nube oscura y amenazante?

Analicémoslo.

¿No es cierto que la preocupación originada por el problema está siempre basada en acontecimientos pasados o miedo al futuro? ¿No podrías seccionarla en infinidad de supuestas 'implicaciones negativas' que afectan a tu persona, ya sea directa o indirectamente, aplicadas a un gran número de situaciones pasadas o aún por venir en tu vida?

Pues bien, aun suponiendo que todas estos efectos sean realmente negativos, que ya es suponer y es otra historia, debes tener en cuenta esto: el momento que vives no podría soportar tanta negatividad simultánea, pero tu mente se encarga de hacértelo creer. Toda esa 'masa' negativa que imaginas contenida en la nube que se acerca o se aleja y no puedes dejar de observar, es incontenible en el presente, en el único instante en el que te encuentras y llegas a experimentar. Pero tu mente se lleva muy mal con el estado de 'presencia' y te hace salir de aquí una y otra vez.

Si no te convence esto, dime,

¿tienes algún problema ahora?

No ayer, ni hace una hora, ni siquiera diez minutos, ni dentro de cinco, ni después, ni a partir de mañana, ni el mes que viene, sino justo en este momento, ¿lo tienes? ¿verdad que no?

Esa es tu vida.

Siempre ha sido así y siempre lo será. Ocúpate de ella, pero en serio.

Personalmente, me ha aportado mucha positividad darme cuenta de que los problemas son como las nubes...

...sólo oscurecen en la lejanía...

...pero tengo un problema:

mi mente lo sabe...

lunes, 17 de agosto de 2009

Radiografía de un pensamiento (II)


Me preguntaba, ¿qué creemos que somos?

Si alguien dispuesto a escucharnos nos pidiera una descripción detallada de lo que somos, ¿qué le diríamos? ¿No es cierto que comenzaríamos por nuestros datos personales, para luego seguir hablando de nuestra profesión, formación, experiencia, relaciones, objetivos, etc?

Supongamos que este individuo nos contestara: -...pero eso es información registrada en su memoria... por favor, cíñase a la pregunta...- Seguramente nos dejaría un tanto dubitativos y desconcertados, incitándonos a realizar a continuación una descripción física de nuestro cuerpo, o tal vez otra antropológica y generalista del ser humano, para no vernos sorprendidos de nuevo por nuestro interrogador... y bla, bla, bla...

¿Es esto lo que somos?

Aunque todas las respuestas posibles pueden resultar más o menos prácticas, dependiendo del contexto en el que se formule la pregunta, permitidme que me sitúe en el contexto del lugar donde me encuentro para responder:

No puedo saberlo.

Esta simple respuesta no es una respuesta evasiva, un 'no sé' sin más. Es una afirmación a todas luces, con infinidad de implicaciones y 'efectos secundarios', una instantánea realizada a cierta distancia del proceso del pensamiento, descrito en el gráfico anterior, en la que se desplaza a un segundo plano toda la información referida a mi persona, gracias a la aparición del verdadero protagonista, aquel que hasta ahora ha permanecido impasible bajo el control mental, sencillamente porque no sabía de su propia existencia:


En este gráfico ya se ha producido la ruptura, se ha superado ese gran obstáculo de abstracción al que me refería y se ha generado el 'espacio' que permite la observación y la vigilancia permanentes. Este proceso de ruptura es instantáneo e irreversible y no requiere esfuerzo alguno, sino más bien al contrario, precisa de quietud mental y 'pensamientos flecha' (por aquí... por ahí...), como hilos observadores del falso 'yo' en el espacio exterior de nuestra mente, que pasa de 'controlar' a 'ser controlada' por el 'yo' verdadero, que ahora la envuelve.

El proceso posterior de separación es mucho más lento, a medida que los intervalos temporales de observación son más largos y más numerosos, de forma que al principio pueden tardar semanas en repetirse y progresivamente, con la observación de los resultados, van impregnando a diario todos y cada uno de los momentos de tu existencia.

La búsqueda y la experiencia de la ruptura y la separación descritas es única e intransferible en cada persona, lo que hace estéril cualquier intento de 'imposición' de cierto control mental que no sea por medio de la dependencia permanente hacia otra persona que ejerza los derechos de tu 'yo verdadero'.

El resultado es la acción directa y una percepción más cercana a la realidad, exenta de juicios mentales. El pensamiento positivo surge espontáneamente de esta nueva interpretación y manipulación de la realidad y de lo que 'creíamos ser', y la 'paz atemporal' tan anhelada llega a ser proporcional al espacio de observación logrado.

Me gusta asemejarlo a un oasis en el desierto, que va creciendo en extensión y multiplicándose, hasta que finalmente lo extraño no es el agua, sino la tierra...

(Continuará...)

miércoles, 12 de agosto de 2009

Mi ego afilado

Los Galayos - Sierra de Gredos (Avila)

Cuando te creas superior a los demás,
no irás mal encaminado,
si tienes claro lo siguiente:

"No soy yo el que piensa,
es mi ego el que lo hace por mí".

lunes, 10 de agosto de 2009

La cuestión fundamental

La vida sobre la muerte (El Bosque)

Un cardiólogo dijo:

"Cada día muere mucha gente de cualquier edad y no sabemos por qué".

Y yo digo:

Cada día nacemos más de 200.000 personas en el mundo
y no sabemos por qué.

Lo insólito no es la muerte, sino la vida.

sábado, 8 de agosto de 2009

Radiografía de un pensamiento (I)

Abusando de vuestra confianza y si no tenéis otra cosa más importante en la que pensar en este momento (seguro), vais a permitidme que en este post y otros sucesivos, pueda expresaros mi inquietud sobre un conjunto de 'pensamientos flecha' que ronda mi cabeza desde hace algunos años y ahora está causando una auténtica revolución interior en 'mi' persona. Digo y subrayo 'mi' persona, porque no me refiero a aquel que creía ser, sino al que soy, he sido y seré siempre.

Ante todo he de reconocer que no he descubierto nada diferente a lo que estaba ya escrito, sino más bien me he limitado a 'comprenderlo' y 'sentirlo' por mí mismo. La importancia de este concepto es trascendental, y no debe añadir conocimiento alguno a lo ya conocido, sino indicar la dirección a seguir a modo de 'vector' o 'flecha' como he mencionado antes, con la observación permanente del proceso y estado mental, hacia el control y la atenuación del pensamiento, la destrucción de la falsa identidad del 'yo' y he aquí la novedad... la vivencia o experimentación de la auténtica identidad de aquello que soy, a años luz de aquello que creía ser.

Sin ánimo de no ser comprendido, lo diré con otras palabras: dos formas totalmente antagónicas de interpretar la realidad y lo que somos, desde la perspectiva tradicional anclada en la identificación con el pensamiento, el sufrimiento emocional y la preocupación desbordada y vana por la realidad y la acción ya ejecutada, a la perspectiva totalmente nueva y exenta de esfuerzo, del encuentro conmigo mismo y la supervisión continuada de la actividad mental, que garantiza una percepción de la realidad mucho más certera, haciéndola a la vez menos sufrible y más moldeable, por medio de la acción inteligente.

Dos caminos queridos lectores, a elección. Cuando esto se ha comprendido, ya se ha elegido y cuando no... también (dije "...exenta de esfuerzo,...").

Para empezar, mostraré dos esquemas de las que considero ambas opciones.
El primero es el que sigue:


¿Qué creemos que somos?

(Lo que viene a continuación es un poco abstracto, y su comprensión tal vez constituya el 'punto de inflexión' o 'camino sin retorno' hacia la segunda opción, pero de ninguna forma es de excesiva dificultad para todo aquel que llegado a este punto, tenga el suficiente interés y la adecuada predisposición para digerirlo).


miércoles, 5 de agosto de 2009

Paz atemporal

Ruinas del poblado de Sancti-Petri (Chiclana de la Frontera)

Lo hayas experimentado o no, te lo recuerdo:

Cuando descubres que el momento que vives ahora, ya sea feliz o desgraciado,
siempre acaba dando paso a otro momento, también feliz o desgraciado,
te embarga una paz muy especial, que navega sobre las olas de lo efímero y lo pasajero, recreándose ante la ruina de la ruindad...

... sabiendo que todo es así y está bien.

sábado, 1 de agosto de 2009

Razón de ser

Barranco del paraíso (Almería)

¿Cuántas veces percibes durante del día tu 'estado mental', el trayecto de un determinado pensamiento, las diferentes sensaciones que te provoca, o la forma en que altera tu estado de ánimo? ¿nunca, 2, 5, 30, 150...?

¿Sabías al menos que esto no sólo es posible, sino que además ese 'darse cuenta' te sumerge en un 'proceso irreversible' de destrucción de tu 'falsa identidad del yo'?

En pocas palabras, desgraciadamente creemos que somos lo que pensamos ('lo que pensamos' = todo aquello que circula por nuestra mente), y justo cuando comienzas a observar tus pensamientos, comienzas a conocer a aquel que tenía una determinada idea sobre cómo eres, a aquel que creías ser, ubicándote eternamente en la planicie del centro, entre laderas de sufrimiento pasado y futuro...

... y entonces es cuando surge la nada...

... y te pierdes de tí mismo...

... y descubres que no sabes quién eres...

... y es entonces cuando estás más cerca de 'experimentarte'...

... pero igual de lejos de conocerte...

... pues jamás podrás hacerlo...

... porque el observador se ha fundido con lo observado...

... al observar una flor...

... de verdad ...

... sin la imagen de la flor que tenías en la cabeza...

... limpio de pensamientos y juicios mentales...

... al sentir el contacto del viento en tu piel...

... limpio...

... al sentir el latido de tu corazón, o dolor de cabeza...

... limpio...

... al oir el sonido más lejano, o ese ruido tan molesto...

... limpio...

... en comunión con el universo...

... y das la bienvenida a la nueva etapa evolutiva del ser humano...

... en la que finalmente Dios,...

... se contempla a sí mismo.


"¿nunca, 2, 5, 30, 150...?"

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