Una piedra más
Quiso el destino hostigarme con una enfermedad crónica de las leves y a la vez molestas, aunque tengo que decir también que tuvo después el detalle de invitarme al quirófano, todo un privilegio en los tiempos que corren.
El objetivo, paliar una creciente obstrucción nasal.
El resultado, no del todo satisfactorio... por fortuna para mí.
Quiso además el destino que yo brotara donde crecen los cardos marinos, donde la tierra seca tiene los metros contados antes de sumergirse en el mar, cuya blanca espuma besa a las rocas y las abraza apasionadamente.
Y deseó también la providencia que la sal fuese remedio milagroso de muchas dolencias, incluida la mía.
Allá acudo obstinado cada siete ocasos, visibles o invisibles, botella en mano, para pedir prestado tan sólo una muestra del precioso elemento.
Entre dunas y acantilados, agradezco esta segunda oportunidad que se me brinda, de ser, por unos instantes, una piedra más entre las piedras; y mi botella se colma de sal líquida, de besos y de abrazos...
19 comentarios:
Estoy segura que provenimos del mar, es nuestro elemento, el Dr. Chopra lo explica diciendo que por eso nos resulta tan agradable y familiar el sonido de una caracol cuando lo apoyamos en nuestra oreja...
El alma sabe... y en ocasiones recuerda y luego suceden los milagros.
Mil besos.
Suerte que tienes de vivir tan cerca del mar, seguro que él esta encantado de compatir su tesoro contigo. Espero que te hayas librado del todo de tus dolencias.
Abrazo paisano. Abrazo, paisano.
El mar, la mar, el húmedo elemento, remedio de tantos males,incluso de algunos del cuerpo...Me gusta como escribes,y como sientes.Un beso Pepi B.
Bajo las estrellas y frente a un mar se producen los mas grandes milagros...bello lugar
Extraña forma de tallarnos la del artista supremo. Un gran abrazo.
El destino es caprichoso, hostiga pero también puede concedernos bienes. Suerte de vivir al lado del mar, como yo, y aunque mares diferentes, no por ello dejan de ser salados.
Un beso y a mirar hacia arriba entre ocaso y ocaso.
Hola ADRIANA,
es cierto. El sonido de la caracola se interpreta de muchas formas. A mí me recuerda la versatilidad de cuanto hay detrás de la oreja.
Besos.
Hola CARMEN,
no me libré del todo de mis dolencias... ni quiero.
Aun viviendo cerca del mar, éste tuvo que darme una segunda oportunidad para contemplarlo.
A eso me refiero.
¿Suerte?
¡¡Quién fue a hablar!!
Besos.
Hola PEPI,
me alegro de que te guste.
No sabría sentirlo ni contarlo de otra manera.
Besos.
Hola IGNACIO,
desgraciadamente, esa talla aún no la hemos visto tal cual.
Un fuerte abrazo.
Gracias AMELIA,
veo que hoy estás más de acuerdo conmigo.
Eso, a mirar hacia arriba.
Besos.
Me ha encantado este fienal:
Entre dunas y acantilados, agradezco esta segunda oportunidad que se me brinda, de ser, por unos instantes, una piedra más entre las piedras; y mi botella se colma de sal líquida, de besos y de abrazos...
Un interesante blog este tuyo, al que volveré con agrado si tu me lo permites. Saludos.
Gracias Mª SOLEDAD por el comentario y bienvenida.
Considérate en tu casa.
Saludos.
El agua de mar. Yo también estuve botella en mano con ese agua maravillosa, durante un tiempo. De vez en cuando vuelvo a ella...
Un abrazo buscador
mj
Agradecido estoy MJ, que se me diera una oportunidad perenne para volver, de por vida.
Un abrazo.
A veces suelo llegar tarde, creo que si no fuera así depararía de ser yo.
Mi Querido buscador, estoy segura que estás más recuperado, y que has conseguido al menos aliviar algo esa dolencia que aún se acusa en ti.
Entre las olas y su espuma ... así permanece la confusión definitiva del amor.
Excelente fotografía.
Te dejo en silencio un beso, que por lo menos te reconforte aunque sea un segundo.
Siempre estaré enamorada de tu música. Gracias!
Gracias, JAZMÍN,
siempre serás bien recibida.
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