lunes, 2 de mayo de 2011

Los estados de ánimo



Sin duda alguna, los estados de ánimo son a la vez causa y consecuencia de nuestros pensamientos. Comprenderlos, supone dar un importante ‘golpe de efecto’ en el incesante flujo mental en el que permanecemos inmersos.

La observación directa de la corriente mental constituye la exploración individual de cada uno de los ingredientes básicos de nuestra vida (pensamientos), mucho más trascendentales que cuanto sucede a nuestro alrededor. En cambio, la observación de las emociones se asemejaría a la degustación de un plato cocinado en la búsqueda de información sobre los ingredientes elegidos y por supuesto, sobre las intimidades del chef que lo preparó.

Todo lo contrario a engullir sin más…

En línea con la labor introspectiva a la que siempre hago referencia en este blog y a la que me considero adicto, me gustaría en esta ocasión recomendaros el libro “Los estados de ánimo, el aprendizaje de la serenidad” de Christophe André, que me ha servido y seguirá sirviendo de gran ayuda, al menos mientras continúe buceando en el desconocimiento de mí mismo…

Os dejo algunas recetas de este magnífico ‘tratado gastronómico’:


“Aceptar y cultivar todos los estados de ánimo propios representa una fuente de enormes riquezas. Aceptar en nosotros cierta psicodiversidad entraña grandes beneficios. Según una metáfora clásica en la psicoterapia humanista, se trata de ser el tablero, en lugar de las piezas. No hay que intentar jugar las negras contra las blancas, lo positivo contra lo negativo, sino comprender que ambas polaridades nos resultan útiles. Y que, sin ambas, no hay partida, y por tanto ningún interés.”

“El budismo habla a ese respecto de la renuncia, o del espíritu de emergencia: ‘Sentir perfectamente hasta qué punto se es vulnerable al sufrimiento –explica el Dalai Lama-, y una vez constatada esta vulnerabilidad absoluta […] se puede entrever la posibilidad de liberar la mente’.”

“No hay que lanzarse (o prudentemente y con exigencias) a querer contestar a la pregunta del ‘¿por qué estoy tan triste?’, que aspirará y atraerá todas nuestras insatisfacciones y limitaciones, todas esas carencias que se arrastran por nuestra vida como por todas las vidas. Sino que más bien hay que incidir en la cuestión del ‘cómo’: ‘¿Cómo ha empezado mi tristeza? ¿Qué sucede en mí? ¿Cómo me pesa todo esto en el cuerpo? ¿En mis pensamientos?’. Saber observar el raudal de los estados de ánimo resulta entonces muy preciado y apasionante. Se trata de una actitud dinámica y fecunda, infinitamente más que las sombrías cavilaciones acerca del porqué.”

“Aprender a ver mejor con los ojos del alma. Como Rainer Maria Rilke: ‘Aprendo a ver. No sé por qué todo me penetra profundamente, y no llega hasta donde, hasta ahora, todo acababa. Tengo un interior que ignoraba. Ahí es donde, a partir de ahora, todo halla su fin. No sé qué sucede’.”

“Si no comprendemos nuestros estados de ánimo, nos sacudirán y pondrán en apuros. Reaccionaremos, bajo su influencia, como niños. En lugar de ser una riqueza, se convertirán en una traba. En lugar de ayudarnos, nos enredarán. Eso que se denomina madurez reposa, más que en nuestras competencias intelectuales, en esta dimensión emocional, en esta capacidad de percibir y pacificar los movimientos internos.”

“Se utilizan muchas metáforas para explicar de manera imaginaria lo que podría ser la regulación de los estados de ánimo. Está la de la embarcación en el río: se sigue la corriente (los estados de ánimo), pero sosteniendo el timón para orientar la barca. De ese modo es posible alcanzar una ribera, a fin de explorar el territorio (estados de ánimo negativos), o bien la otra, para hacer acopio de provisiones (estados de ánimo positivos). También está la del policía en el cruce del que hablábamos hace un instante: se ocupa de que los estados de ánimo no aparquen demasiado tiempo en medio del paso, que todos puedan circular, ir y venir, hacer lo que tienen que hacer sin obstaculizar a los demás (…). Otra comparación: sin ocuparnos de ellos, los estados de ánimo se parecen a un bosque ‘primario’, abandonado a su estado natural. Dicho de otro modo, absolutamente prohibido el acceso a los seres humanos, que deben renunciar a pasear por él. No se trata de transformar los estados de ánimo en jardines a la francesa, donde todo aparecerá señalizado, cortado y recortado, sino en un bosque cuidado, con caminos, podas ocasionales y el cuidado para respetarlo al convertirlo en accesible. Un bosque es bello, interesante y, a veces, inquietante. Se intenta no perderse, pero sería una equivocación no pasear por él. Es el núcleo de la regulación de los estados de ánimo.”

“Sólo nos hemos hecho dependientes de una manera de regular los estados de ánimo comprando algo, consumiendo algo. Una manera poco eficaz y clara de ocuparse de uno mismo: llenarse el cerebro de vacío, los estómagos de porquerías y los armarios de inutilidades, a fin de paliar las fluctuaciones de los estados de ánimo. ¿Pero cómo es que funciona tan bien? Ese es el genio del marketing y la publicidad (…).”

“Hablando más en serio, la contaminación material consumista se apoya en promesas de pequeñas alegrías mostradas por la publicidad, que siempre funcionan de la misma manera: se asocia un ‘valor’ eterno y legítimo (divertirse con los seres queridos, los amigos, darse un gusto o dárselo a alguien, pasar un momento agradable) a un producto (café, coche) que quieren vendernos.
Así se crean esperanzas frustradas, y se fabrican frustraciones que las personas no atribuirán a esas manipulaciones, sino a sus vidas. Y por ello intentarán cambiar las dimensiones materiales (mudarse de casa, encontrar otro trabajo, una nueva pareja) o psicológicas (ir al psiquiatra, que intenta reparar los destrozos).”

“Nuestra pseudo-libertad materialista es la de las bestias esclavizadas. Nos hemos convertido en animales de cría, o de zoológico. Alimentados, cebados, cuidados, pero deambulando tristes en nuestras jaulas, neuróticos. Y psicológicamente frágiles.”

“Debemos liberarnos de dos grandes males modernos: el TMD y el TBD. TMD significa too much disorder: la enfermedad de demasiadas cosas. Y TBD es too busy disorder: la enfermedad del demasiado que hacer. El antídoto procederá de la histórica consigna de Thoreau: ‘¡Simplificad!’. ¡Más de menos y menos de más! Poseer menos y hacer menos se han convertido en necesidades contemporáneas.”

“Nos podemos refugiar, también, en cavilaciones o ensoñaciones, o bien en esperanzas, vivir enredados en nuestras quimeras y anhelos, sin salir jamás a tomar el aire en la vida ligera. Ligera porque carece de expectativas, sin otra intención que sentir y observar lo que es estar vivo y presente.”

“La experiencia de despertar es un relámpago de intuición. Va acompañada, a veces, de una sacudida física, y puede darse una participación del cuerpo: nos podemos sentir ligeros, o pesados, distintos de cómo nos sentíamos un instante antes. Casi siempre se siente una modificación de la percepción del paso del tiempo: inmovilidad del tiempo percibido, como un ralentí psicológico.
El poeta Christian Bobin también habla de ‘un estado de conmoción tranquila’. Se trata de un estado en que los extremos se mezclan sin dificultad: lucidez y perplejidad, ligereza y sensación de profundidad. Impresión de revelación. Pero, en realidad, se tardará días y semanas en comprenderlo todo, en desenredarlo. Tal vez, toda una vida.”

“Lo que suele ser urgente es: hacer la compra, limpiar, llevar a arreglar el coche, hacer que los niños reciten sus lecciones, cocinar, trabajar… Lo que es importante es: reírse con los seres queridos, ver a los amigos, mirar cómo pasan las nubes por el cielo… En general, lo urgente es ruidoso y nos pone en movimiento; resulta difícil resistirse. Mientras que lo importante es silencioso, se deja olvidar, sin hacer ruido, con suavidad. Pero descuidarlo nos provocará poco a poco una profunda sensación de frustración o de vacío existencial, cuya razón no acabamos de identificar. Hasta que finalmente se comprende: ¿cuánto tiempo hace que no he mirado las estrellas? ¿Cuánto tiempo hace que no me paseo con los niños por el bosque? ¿Cuánto tiempo hace que no he pasado un domingo por la tarde junto a la chimenea charlando con los amigos?

¿Mucho? Hummm… ¿Y si esa fuese mi enfermedad?”


Christophe André - "Los estados de ánimo,
el aprendizaje de la serenidad"

viernes, 22 de abril de 2011

Hágase

Desfiladero de los Gaitanes (El Chorro - Málaga)


"No hace falta ser cristiano para comprender la profunda verdad universal contenida simbólicamente en la imagen de la cruz.

La cruz es un instrumento de tortura. Representa el sufrimiento más extremo, la mayor impotencia con la que un ser humano puede toparse. Entonces, de repente, ese ser humano se rinde, sufre voluntariamente, conscientemente, y eso queda expresado en las palabras: "Hágase tu voluntad, y no la mía." En ese momento, la cruz, el instrumento de tortura, muestra su cara oculta: también es un símbolo sagrado, un símbolo de lo divino.

Lo que parecía negar la existencia de cualquier dimensión trascendental en la vida, se convierte, mediante la rendición, en una abertura a esa dimensión trascendental."

Eckhart Tolle - "El silencio habla"

jueves, 7 de abril de 2011

Sipluscuamperfeccionismo


...si hubiera o hubiese nacido en un lugar diferente…
…si hubiera o hubiese tomado la elección que no tomé…
…si hubiera o hubiese aprovechado el tiempo que perdí…

…entonces hubiera o hubiese hecho justo lo contrario de lo que hago…
…hubiera tenido más de lo que tengo…
…hubiese creído ser más de lo que soy…

…pero igualmente hubiese sido el mismo…
...mi mente hubiera estado igualmente ocupada...
…e igualmente hubiese estado ausente de este momento…

Su desorbitado e incomprendido coeficiente intelectual por fin tenía cura, pues le llevó a comprender que debía desprenderse de él, e incluso le reveló cómo hacerlo. Acto seguido, depositó su inteligencia en una bolsa de basura, la cerró y la dejó en el portal.

Desde aquel instante, no anheló jamás la felicidad, sino únicamente permanecer consciente…


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martes, 22 de marzo de 2011

Prisiones mentales



"Cada ego contiene algún elemento de lo que podríamos llamar 'identidad de víctima'.
La imagen de víctimas que algunas personas tienen de sí mismas es tan fuerte que se convierte en el núcleo central de su ego. El resentimiento y los agravios forman parte esencial de su sentido del yo.

Aunque tus agravios estén completamente 'justificados', te has construido una identidad de víctima que se parece mucho a una prisión cuyos barrotes están hechos de formas mentales.

Mira lo que te estás haciendo a ti mismo o, más bien, lo que te está haciendo tu mente. Siente tu apego emocional por tu historia de víctima y date cuenta de la tendencia compulsiva a pensar o hablar de ella.

Mantente presente como testigo de tu estado interno.

No tienes que hacer nada.

Con la conciencia vienen la transformación y la libertad
."


Eckhart Tolle - "El silencio habla"

domingo, 6 de marzo de 2011

Lo más significativo

"Quizá te haya pasado inadvertido que esos breves periodos en los que 'eres consciente sin pensamiento' ya ocurren natural y espontáneamente en tu vida. Puedes estar realizando alguna actividad manual, o paseando por la habitación, o esperando en el mostrador de la aerolínea, y estar tan completamente presente que el ruido mental de fondo disipa y es reemplazado por la presencia consciente. También puedes estar mirando al cielo o escuchando a alguien sin que surja ningún comentario interno. Tus percepciones se vuelven claras como el cristal, no están empañadas por el pensamiento.

Para la mente, todo esto no es significativo, porque tiene cosas 'más importantes' en que pensar. Además, no es memorable, y por eso te ha pasado inadvertido.

Lo cierto es que es lo más significativo que puede ocurrirte.

Es el principio de un cambio desde el pensamiento hacia la presencia consciente."


Eckhart Tolle - "El silencio habla"

viernes, 25 de febrero de 2011

Desaparecido

Gigantismo forestal - El Bosque


Eres especial.

Y lo eres justo en la misma medida que tus semejantes.

¿Sabes quién eres realmente?

Aquel que reconoce y se alegra, justo en la misma medida, de ambas verdades.

Búscate.

domingo, 13 de febrero de 2011

La elección

Reflejos dorados

Sin lugar a dudas, he aprendido de la mayoría que en río revuelto es preciso dejarse llevar, y aunque el ángulo de maniobra se reduce considerablemente, aún queda margen suficiente para alcanzar alguna que otra ribera, siempre inexplorada…

Sin más útil que mis propios pies, no son pocas las piedras que encuentro a mi paso y en las que afortunadamente, consigo apoyarme. Multitud de formas rocosas que emergen de entre aguas turbulentas y que de no ser por la resistencia que ofrecen al fluir de la corriente, bien podría decirse que flotan en la superficie, ajenas a la oscura profundidad de este manantial insondable.

Después de cada salto, nace una nueva perspectiva, sin duda.

De entre todas las piedras que a mi juicio se muestran a mi alcance, fijo la atención en la más apetecible, aquella que promete más seguridad y a la vez capacidad para soportar todo el peso de mis ansias.

De estar yo en posesión de la verdad, o de creérmelo, me hubiera abalanzado sin más.

No obstante, a pesar del sonido amenazante de cascadas y traviesos torbellinos disfrazados de insatisfacciones, y la inquietante hermosura en los reflejos dorados de un sol siempre decreciente, presagio de la más absoluta oscuridad que cabalga hacia estos parajes, hago una pausa.

Buscando el motivo de mis anhelos, me pierdo un instante, a veces eterno. Pero al igual que emergen los deseos, aunque no sin dificultad, afloran también las causas, y éstas irremediablemente conducen a su tansmutación.

Aquella piedra tan deseada, perdió todo el protagonismo, todo el misterio, pues para bien o para mal, no hay magia alguna para aquel que acaba descubriendo el truco que la sustenta.

Es justo en este momento, cuando me decido firmemente a dar el salto… ¿no es eso lo que la mayoría espera de mí? ¿Podrá reprochárseme algo?

Ahora, de entre todas las opciones, es precisamente en aquella piedra donde quiero estar, contemplando así la inaudita perspectiva que me otorga un deseo desintegrado a voluntad: la piedra equivocada del camino equivocado… de la vida.

No ha sido sino la humildad, la que me reveló el verdadero valor de la desconfianza propia y de la dinámica que surge a tenor del colmo del inmovilismo: de todos los lugares posibles, el más inexplorado es siempre aquel en el que me encuentro…


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domingo, 6 de febrero de 2011

Observa

Hacia la cima de El Torreón (Grazalema)


Incluso la condición de verdadero o irreal, de auténtico o de falso, pasa a un segundo plano, cuando es observada, sin más.

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