domingo, 8 de septiembre de 2013
miércoles, 24 de abril de 2013
Yo, víctima
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miércoles, 20 de marzo de 2013
En órbita
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Pregúntale a tu mente si tiene un rato para 'malgastarlo' leyendo estupideces. Tal vez te diga que sí, por cortesía. Al menos luego, le podrás argumentar que se lo advertiste... y quién sabe, porque igual hasta te deja hacer el silencio, poner la musiquita y respirar profundamente entre párrafo y párrafo...
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Si bien tales factores externos podrían ser considerados en buena medida como desencadenantes del sufrimiento psicológico, a menudo son ignorados los filtros mentales a los que sometemos nuestras percepciones y experiencias del mundo en el que vivimos.
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Huimos del fuego, y procuramos frecuentar humedales donde no se prenda la pólvora, e incluso a veces pagamos a otros para que nos lleven de la mano allá donde se encuentran (donde están hoy, que no mañana). Y sin embargo, en cada nuevo desplazamiento, la mecha se torna más y más larga...
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Pero NO en tu propio beneficio.
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¿A qué beneficio me refiero entonces?
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Depende de a quién me dirijo cuando hablo de ti...
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Os pido a vos que me permitan otro símil para entrar en calor, que se arraigue a sus entrañas...
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Para ello, el satélite acelera y frena a su antojo, en pro de satisfacer su objetivo.
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lunes, 4 de marzo de 2013
Perseverancia
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domingo, 24 de junio de 2012
Por bulerías
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viernes, 8 de junio de 2012
El confín de los sueños (Rep.)

Cuando creí haber despertado, me encontraba entre corales marinos de lunares bermejos, rodeado de exóticos lagartos.
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martes, 21 de febrero de 2012
Mas allá del pensamiento
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viernes, 17 de febrero de 2012
La planta que tienes en casa...
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martes, 14 de febrero de 2012
Escombros de crecimiento (3ª Rep.)

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viernes, 10 de febrero de 2012
Cómodo en el desconocimiento
"Cuando aceptas plenamente que no sabes, renuncias a esforzarte por encontrar respuestas con la mente pensante y limitada, y es entonces cuando una inteligencia mayor puede operar a través de ti. En ese instante, hasta el pensamiento puede beneficiarse, porque la inteligencia mayor puede fluir a él e inspirarlo.
A veces, rendición significa renunciar a tratar de comprender y sentirse cómodo en el desconocimiento."
Eckhart Tolle - "El silencio habla"
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martes, 7 de febrero de 2012
Círculos
Cuando descubres que no has ido jamás a ningún sitio, aún caminas unos pasos más antes de detenerte.
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viernes, 3 de febrero de 2012
Yo, el gran creador de conflictos
"Cuando camines o descanses en la naturaleza, honra ese reino permaneciendo allí plenamente.
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martes, 31 de enero de 2012
Irreversibilidad
A veces me pregunto…
¿Qué supone ‘acertar’ para una mente que no sabe lo que quiere?
¿Cual es la ‘senda correcta’ para aquel que sólo sabe caminar en círculos?
¿Qué puede satisfacer al que sostiene deseos contradictorios?
¿Cómo es posible tener suerte así, si las cosas suceden conforme a los propósitos?
¿Cómo no tenerla, ante el fracaso de las expectativas?
¿Merece algún crédito todo sueño que no sea seguir soñando o dejar de hacerlo?
Tras el balbuceo mental, cual travesura de un niño, sólo cabe sonreír, y la respuesta surge a modo de cuestión irracional, desde donde cuelgan un sin fin de palabras inconexas hasta el horizonte, sin sentido…
¿Hay vuelta atrás para tal descubrimiento?
Ante el cerco de la incansable rueda de la razón, madrigal de anhelos, y el desvelo de su inercia de millones de milenios, la mente se expande hasta ridiculizar el pensamiento.
Con eso basta.
Y sonrío de nuevo…
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martes, 24 de enero de 2012
Una piedra más
Quiso el destino hostigarme con una enfermedad crónica de las leves y a la vez molestas, aunque tengo que decir también que tuvo después el detalle de invitarme al quirófano, todo un privilegio en los tiempos que corren.
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sábado, 24 de diciembre de 2011
El mayor de mis deseos

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viernes, 16 de septiembre de 2011
El descosido
No existe nada más falso que tu propia mente.
Sí, así es. Procuraré explicártelo para que no lo entiendas.
Hasta que no rompes tu identificación con ella, eres incapaz de reconocer esta gran verdad, y aceptarla… y ‘triceversa’.
Aceptación y ruptura van de la mano, pues una conduce a la otra. Ambas se complementan.
En el vasto entramado mental, ningún descosido se abre si no existe previamente como tal, si antes no se produce el desgarro de un primer hilo. Y una vez que surge el agujero, la luz que emana a su través alumbra las fauces del engaño: ese monstruo parlanchín que se nos ha dado a conocer a través de sus propias descripciones sobre sí mismo y que nos mostrará el mundo según sus propios intereses (pasado y futuro).
Y ante la ceguera del destello, ante el desconcierto de lo que parece ‘no ser’, tu voluntad sigue siendo su voluntad, a no ser que percibas el silencio que brota del abismo tras la conciencia deshilachada, la quietud de la que nacen sus palabras.
Ante el sufrimiento, tu mente se apresurará a poner siempre en tus manos las mismas herramientas: hilo y aguja. En cambio, en los momentos plácidos, os regocijaréis por el mayor tiempo posible de la perfección y fortaleza de la costura realizada. Seréis uno, ante la imposibilidad de repartiros la autoría de tales proezas.
Para comprender con palabras, es preciso no comprender… tal vez con frases inconclusas cuyo razonamiento muere, necesariamente.
Aquí y Ahora es donde la mente calla, pierde el control y te lo cede a ti.
Dulces o salados, no son más que condimentos del mismo alimento que la sustenta.
Siendo lo más simple, es lo más difícil.
Control para observar sin más, o para volverlo a perder.
¿Vivir al máximo el presente? No. Permanecer conscientes es suficiente.
¿Utilidad? ¿Propósito? ¿Sentido de la vida? Por favor, déjale hablar (aceptación), pero no ignores su naturaleza y cuanto se distancia de ti (ruptura): identifica el parloteo a la luz del abismo tras el agujero… y responderás a estas preguntas y/o el por qué te las planteas (o incluso el por qué no aceptas que te las planteas), el por qué te interesa todo esto, (o el por qué presientes que en el fondo no te importa lo más mínimo), el por qué es tan vital, (o el por qué lo niegas)…
Tus únicas opciones son coser, o sentarte a mirar cómo se agranda el descosido, justo cuando lo observas.
No harás nada más trascendente en tu vida que una de estas dos cosas.
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jueves, 1 de septiembre de 2011
Golpe de sabiduría (o La mirada albina) (Reposición)

Otros relatos de un miope confeso...
Muscidae Occasus
El domador de estrellas
El ojo de cristal
Monstruos de-mentes
Embudo temporal
A contraluz
La sonrisa invertida
La acusación particular
Brotes de sinceridad
La elección
(Todos los relatos)
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viernes, 19 de agosto de 2011
La pérdida del ahora: el engaño fundamental
"Incluso si acepto completamente que en últimas el tiempo es una ilusión ¿qué diferencia va a causar esto en mi vida? Aún tengo que vivir en un mundo que está completamente dominado por el tiempo.
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lunes, 4 de julio de 2011
La acusación particular

Cuando por fin puso los pies en la calle, ya había perdido la noción del tiempo, y extraviado incluso el olvido de su verdadera identidad.
– Debe ser el año más corto jamás visto – Pensó, mientras avanzaba a duras penas entre una variada muchedumbre que, aunque sólo fuese colectivamente, parecía dirigirse hacia algún sitio. Ajenos a todo en un rincón, unos niños amontonaban la poca nieve que aún podían rescatar bajo una colorida capa de papelillos de carnaval mezclados con la cera aún caliente de las procesiones, para dar forma a un gracioso muñeco de Navidad, muy bien visto por aquellas fechas.
Tras adentrarse por una ajustada callejuela pudo caminar más desahogado, aunque una colección completa de guirnaldas apenas dejaba al descubierto una porción de cielo nocturno, donde degustar siquiera alguna que otra estrella. Un pasadizo inundado por una agradable brisa que no se dejaba sentir, le condujo a una pequeña plaza, desde la que sólo tuvo que dejarse caer por un angosto callejón peatonal de un solo sentido, para llegar a su destino: “COMISARÍA Nº 7” podía leerse sobre la puerta con letras gruesas, semiocultas bajo unos coloridos macetones sin flores que colgaban del balcón superior.
Nada más entrar, encontró a un guardia sentado junto a la puerta, de aspecto rudo y a la vez relajado.
– Buenas noches, quería poner una denuncia.
Este le contestó de inmediato, sin apartar la vista de una lista interminable de nombres que envolvía toda la mesa y parecía retornar allí de nuevo después de merodear por toda la sala.
– ¿Qué le ha ocurrido?
– Me han secuestrado – Y prosiguió, esta vez ante la mirada atenta del agente.
– Me han tenido mucho tiempo encerrado, y esta misma tarde… he podido escapar.
Al menos media docena de gendarmes ocupaban este primer espacio de la comisaría en mesas adyacentes. Atareados con el fragmento de listado recibido sobre sus pupitres, se afanaban de vez en cuando en anotar algo con letras rojas en el espacio vacío, a la derecha de la columna infinita de nombres que circulaba sin descanso ante sus ojos. A juzgar por la longitud de las grafías, bien pudieran tratarse de más nombres, que debían emparejar con los primeros.
El primer guardia, después de tachar un par de líneas semivacías en la relación recibida de sus compañeros y almacenarla de forma continua en un cesto bajo la mesa, y no sin antes copiarlas al otro extremo de la ristra de papel para enviarlas de nuevo a paseo, se dispuso a reanudar el interrogatorio.
– Por favor, siéntese. Cuéntenos sobre el aspecto de sus captores con el mayor detalle, todo lo que sepa. Así podremos actuar con rapidez.
La trascendencia de un caso tan prometedor acaparaba ya toda la atención de los gendarmes más próximos, interrumpiendo sus labores. En pocos segundos, la curiosidad contagiaría al resto del personal.
– Tengo miedo… mucho miedo. Durante años, me amenazaron repetidamente con acrecentar mi sufrimiento, si en alguna ocasión lograba escapar y delatarles…
– No debe temer nada, tranquilícese. Tal vez no esté a salvo ahí afuera, pero aquí lo estará, sin duda. Por favor, cuénteme, ¿dónde le han retenido?
– Bueno… mmm… – Abriendo completamente los ojos, parecía envalentonarse – Le parecerá un tanto extraño. Durante décadas, he creído estar libre, rodeado de montañas, frondosos bosques… hermosos paisajes… pero solamente en la distancia.
– ¿Cómo dice? ¿Le han tenido secuestrado en el campo?... ¡¿Ha dicho décadas?!
Las miradas se cruzaron ingenuas entre los agentes, entretejiendo un ambiente primero sorpresivo y después, a juzgar por el aspecto normal de la víctima, con tintes festivos…
– Verá, no voy a negar que he tenido libertad de movimientos durante todo este tiempo. Le diré más bien, que sólo fue relativo. Por más que intentaba dirigirme hacia esos parajes inconmensurables que podía divisar en la lejanía, jamás logré alcanzar ninguno de ellos. Es más, finalmente pude averiguar que, en lugar de moverme yo, era siempre el suelo el que avanzaba en sentido contrario al mío – Terminó diciendo, como el que llega exhausto a la meta de un maratón, pero muerto de… no cansancio, sino vergüenza.
En total, entre los gendarmes que permanecían en sus puestos escuchando absortos, mostraban en aquel momento una veintena de dientes, bajo una media sonrisa no exenta de ironía.
La declaración continuó, y durante un largo rato fue testimoniando con todo lujo de detalles su estancia en aquel lugar cada vez más extraño. Cómo descubrió la interminable e inesperada inmovilidad a la que estuvo sometido para acabar finalmente contagiando su quietud al mismísimo suelo. De qué forma, un breve pero intenso golpe de agudeza visual que no merece ser descrito aquí, le llevó de un salto a darse de bruces contra el lejano horizonte tan anhelado…
– Un pliegue – Dijo.
En este momento, la risa, disfrazada de incredulidad y desconcierto, traspasó incluso los límites de este relato.
– Eran dibujos. Estaba rodeado de pinturas murales…
Esto último potenció lo que cada uno de los allí presentes, pensaba en aquel instante. El guardia, levantando una mano en el intento de acallar el tropel creciente de carcajadas, sólo pudo romper su propio silencio, al tomar la palabra con voz algo subida de tono y exageradamente pausada.
– Por favor, dígame. ¿Quién le hizo TODO esto? – Le preguntó, con la misma mirada compasiva con que ahora todos, por fin en silencio, le observaban. El abrupto énfasis al final de la frase, no hacía sino insinuar que a este individuo debió ocurrirle mucho más de lo que textualmente, contaba en la narración de los hechos.
Su primera respuesta fue un gesto negativo, al tiempo que bajaba vergonzosamente la cabeza. Dirigiendo después la mirada hacia una de las cintas plateadas que adornaban la sala formando olas a diferentes alturas sobre la pared, sentenció profusamente en un acto de rendición:
– He sido yo.
El suelo, se mostraba ahora vertiginoso bajo sus pies, y en sus ojos húmedos se reflejaban majestuosas montañas de picos nevados, oscurecidas a contra luz por un sol abatido que descendía solemne entre pequeños cirros anaranjados, hacia el océano. Tan sólo reflejos, en la cruel soledad de un falso mar de esperanzas que comenzaba a desbordarse sin piedad alguna por sus mejillas…
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viernes, 22 de abril de 2011
Hágase

La cruz es un instrumento de tortura. Representa el sufrimiento más extremo, la mayor impotencia con la que un ser humano puede toparse. Entonces, de repente, ese ser humano se rinde, sufre voluntariamente, conscientemente, y eso queda expresado en las palabras: "Hágase tu voluntad, y no la mía." En ese momento, la cruz, el instrumento de tortura, muestra su cara oculta: también es un símbolo sagrado, un símbolo de lo divino.
Lo que parecía negar la existencia de cualquier dimensión trascendental en la vida, se convierte, mediante la rendición, en una abertura a esa dimensión trascendental."
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