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lunes, 22 de abril de 2013

Entre líneas...


No puedo negar la extraña satisfacción que sentí al toparme con este enorme cartel. Es curioso, pero creo que mi júbilo fue proporcional a su tamaño, al menos esta vez. Realmente había allí implícita cierta información para mi interés que, aunque parezca imposible, no estaba para nada reñido con el interés del anunciante. ¿O te parece a ti que tal cosa suele parecer posible? Bueno, como parecer parecer... seguro, que ya se encarga el experto de que lo parezca. Pero... ¿realmente lo es? ¿es posible que no haya intereses contrapuestos en cualquier anuncio publicitario?

Aunque no supe con certeza qué era exactamente lo que expresaba el cartel, averigué que el anunciante estaba conmigo. Y no era este el caso en el que detrás del papel, el spot televisivo o la cuña radiofónica, tenemos la oportunidad de ver (si miramos) a toda una comunidad de especialistas en la psicología perversa del marketing. Miles de versados en la materia, haciendo turnos alrededor del planeta para que no cese ni siquiera un segundo la persecución de su único objetivo: que me parezca posible. 

¿Y qué se puede hacer ante titánica intención? Tal vez leer entre líneas en una obra maestra como ésta... como yo hice. Porque detrás de aquello había algo mucho más profundo. Tal vez fue el sol, quién sabe si la brisa marina o... tal vez la entropía, sin más. El caso es que, sencillamente, me cautivó. Al menos para mí, fue el anuncio perfecto.

Quiero pensar que la naturaleza también tiene algo que anunciar, algo que decirnos...

lunes, 8 de abril de 2013

Hongos...


Hongo

(Del lat. fungus).

1. m. Planta talofita, sin clorofila, de tamaño muy variado y reproducción preferentemente asexual, por esporas. Es parásita o vive sobre materias orgánicas en descomposición. Su talo, ordinariamente filamentoso y ramificado y conocido con el nombre de micelio, absorbe los principios orgánicos nutritivos que existen en el medio; p. ej., el cornezuelo, la roya, el agárico, etc.

2. m. Aquello cuya forma recuerda la de un hongo. El hongo atómico, de la contaminación.

3. m. Sombrero de fieltro o castor y de copa baja, rígida y aproximadamente semiesférica.

4. m. Mar. Extremo de un tubo de ventilación que remata sobre cubierta con tapa o sombrerete abombado para evitar que penetren los rociones.

5. m. Med. Excrecencia fungosa que crece en las úlceras o heridas e impide la cicatrización de las mismas.

6. m. Ur. trasero (ǁ nalgas).

7. m. coloq. eufem. Ur. ano.

8. m. pl. Biol. Taxón de los seres vivos de este nombre.
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666. neut. Diab. Dícese de cualquier cosa. Y ojo con la belleza... porque no siempre está en el interior.

viernes, 5 de abril de 2013

La arruga del universo (Rep.)

Garganta de puerto oscuro - Ladera del monte Picacho (Alcalá de los Gazules)


...y entre montañas dicromáticas, alejado de los límites del condicionamiento, y bajo un cielo perfumado, horizontal y sobre todo, solemne, pude apreciar un pliegue de la realidad, rodeado de rúbricas de fuego:

El mundo, no sólo ha sido creado;

ha sido creado de forma

que resulte comprensible, inteligible,

y esto... es un dato a priori.


Es el Certificado del Creador.

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A mi regreso, y como en todo doblez que va y vuelve, observé un sin fin de contradicciones preestablecidas, dispuestas a contrarrestar la fortaleza demoledora pero vulnerable, de obviedades como ésta. Aunque no les dí la bienvenida, comprendí que tenían un papel muy importante en la vida, como salvaguardias de la propia libertad humana.

Y ahora, 'sólo' queda la eterna discontinuidad que esta arruga del espacio-tiempo, ha dejado en mi presente: el maravilloso efecto tardío sobre aquellas contradicciones inconscientes, inicialmente no resueltas...

lunes, 1 de abril de 2013

La hora de las medusas



Eran las 2:52 cuando algo le despertó. 

Diversos asuntos le habían mantenido en constante diálogo con la almohada hasta hacía muy poco, como de costumbre. Tal vez por eso, decir que despertó no sería del todo correcto. Sus ojos quedaron entreabiertos, en dirección al enorme despertador que tenía delante de sí, sobre la mesita de noche. Sus sueños recién estrenados, seguían su curso, aunque ahora tuviesen que acomodarse a la percepción visual de dos extrañas figuras contrapuestas, conformadas por tres dígitos en la pantalla de aquel aparato.

De nuevo, algo le sobresaltó. Se percató entonces de que había sido un grito y que provenía de la habitación de su hijo.

-¡Papá! -oyó con más claridad, por tercera vez.

Se incorporó de golpe casi sin darse cuenta y, tambaleándose en la penumbra, acudió adonde estaba el niño.

-¿Qué pasa hijo? -articuló con dificultad.

-No puedo dormir, papá.

-¿Ehh..? -volvió a preguntarle. Trataba de comprender lo que había oído, con la mirada fija en la pared, sobre el cabecero de su cama.

-¡Papá!... ¡No puedo dormir! -le repitió.

Pero su padre vagaba errante sobre el picado azul de la pared, cual marino que otea la profundidad del océano, asomado a la escotilla tras el ocaso. El destello de las extrañas figuras aún perduraba en sus retinas, navegando indemne sobre las aguas...

-¿Me estás escuchando? -la desesperación del niño crecía por momentos.

Con la mirada perdida, el hombre bajó ligeramente la cabeza para contestarle con otra pregunta.

-¿Quieres ser feliz, hijo?

-¿Cómo? -se extrañó el chiquillo-. Claro que quiero ser feliz... ¿a qué viene eso? Lo que te digo es que no puedo dormir, ¡por más que quiero!

Arrimó su rostro sonámbulo a los ojos del niño. E incluso llegó a asustarle con su mirada inconexa, mientras continuaba exhalando aquel diálogo inverosímil...

-Entonces... hay corrientes inversas y... hay mar de fondo. Debes verlo cuando ocurra... sólo verlo -sententenció, con voz ronca y entrecortada.

El niño apartó la mirada. Tratando de sacar algo en claro, se volvió hacia el otro lado de la cama.

El hombre también se giró, para volver lentamente hacia su habitación. Paso a paso, fue pronunciando otra ristra de palabras, más acordes si cabe con los argumentos de su letargo...

-Si todas las medusas nadaran en la misma dirección, moverían el mundo... -concluyó, antes de acostarse.

Habían bastado tres minutos, para que los ronquidos del niño volvieran a inundar la oscuridad de aquella noche. Sólo tres, para cambiar nada menos que... el rumbo de su vida.

En cambio, el sueño de su padre se prolongó aún durante dos horas y media...

...y justo después, aquel sueño, al igual que el alba ciega las profundidades y devuelve las fieras allá por donde han venido, se perdió en la nada.

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sábado, 16 de marzo de 2013

El lugar donde me encuentro...


...y donde sobran las palabras.

sábado, 4 de agosto de 2012

Tránsitos



He de confesar que, ante tanta soledad, llegué a sentir miedo.

Ciertamente, aquel corredor por el que tenía la sensación de haber pasado miles de veces, ahora me ofrecía una perspectiva inédita del lugar en el que me encontraba. Nunca antes había observado de aquel modo las interminables hileras de puertas dispuestas a ambos lados de un pasillo eterno, en la convergencia, allá donde mi vista lograba alcanzar, de un punto de fuga no menos absurdo que mi entorno más inmediato.

Tal afinamiento de puertas blanqueadas al son de suelo y techo, bañadas por una tenue luz de origen incierto, no dejaba espacio alguno para las paredes. Y en todas, una alargada maneta reluciente y un cartel sobreimpreso en letras mayúsculas: “SUEÑOS”, sobre otra inscripción algo más pequeña: “Pase sin llamar”.

Cuando me dí cuenta, tenía la mano cómodamente apoyada en una de las manetas. Tal vez fue mi habitual tendencia a la observación de lo insignificante y lo absurdo, la que me detuvo por unos instantes. Volviendo la vista atrás, tan solo tardé un segundo en olvidar tal gesto, ante la descomunal simetría que percibí en ambos sentidos a lo largo de aquel pasaje abisal de longitud desmedida.

Y todo me pareció entonces familiar. Demasiado familiar.

Una nueva actuación de mi desconfianza hacia lo ínfimo, me hizo rehusar aquella puerta, e incluso algunas más, apenas avanzaba unos pasos. Mientras buscaba razones reales para justificar tal desplazamiento estéril, algo me sobresaltó en la lejanía, interrumpiendo la blanca linealidad de aquella galería insondable. Aunque creí apreciar la presencia de una figura oscura, cuando fijé allá mi atención, ya no estaba. –Tal vez un problema en la iluminación- pensé, para cuestionarme acto seguido… -¿Cuánto costará mantener todo esto?

Con la vista en el infinito, noté entonces otro parpadeo casi inapreciable, como el de una estrella lejana. Y otro más…

De repente, me sobresaltó la apertura de golpe de una de las puertas junto a las que yo pasaba en aquel momento. Alguien se me avalanzó y casi me aplasta, de no ser por mis reflejos… Curiosamente, antes de cerrar la puerta de la que provenía, ya había abierto otra al otro lado, por la que se escurrió ipso facto.

Aunque todo sucedió en un segundo y casi me mata de un susto, la entrada de aquel tipo al nuevo aposento, me permitió echar un vistazo a su interior desde fuera. El recinto no era más ancho que su propia puerta de acceso, y al menos media docena de individuos permanecían de pie apoyados sobre la pared izquierda, de varios metros de profundidad. Parecían estar expectantes ante otra puerta situada en la pared opuesta. Aunque había allí otra inscripción, tan sólo pude distinguir lo que ponía debajo: “Espere a ser llamado.”

La puerta se cerró y la tranquilidad regresó a aquel pasadizo inmundo y solitario. No recuerdo mucho más, salvo que aún caminé junto a un centenar de puertas, con la mirada hundida en el continuo parpadeo provocado por el tránsito fugaz de aquellos seres extraños de presencia infinitesimal.

Justo antes de despertarme el estridente motor de uno de los lujosos yates que transitan por estas aguas, creo que terminé por entrar en una de aquellas extrañas habitaciones…

Recostado acá a la sombra en esta confortable tumbona, y en el merecido disfrute de una de las mejores playas del planeta, aún tengo tiempo de escribir estas líneas antes de reunirme con la comitiva en el hotel para presentar mi nuevo proyecto. Esta noche me arrimaré de nuevo al mar, para festejar el éxito echando unas copas en el chiringuito de aquí al lado con esos jóvenes, y jóvenas…

Mi trayectoria promete, nunca estuve tan seguro.

La vida es bella.

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domingo, 20 de mayo de 2012

Potencialmente humanos


Hacía tan sólo un minuto que había entrado en aquella sucursal bancaria y ahora se encontraba arrodillado tras una vistosa jardinera, apoyado en la pared. Con la cabeza gacha, observaba la rapidez con que la seda blanca de su camisa se tornaba oscura, al tiempo que unas gotas de sangre no podían contenerse más entre tan sutiles tejidos, y se estrellaban contra el suelo. Con una mano, sujetaba con firmeza una pequeña pistola dirigida hacia el portal de entrada y con la otra, buscaba algo en sus bolsillos, como si le fuese la vida en ello.

Un grito estremecedor de mujer se oyó tras el mostrador, seguido de varios gemidos desconsolados.

-¡¡¡ Asesinooooo !!!

Media docena de personas, entre empleados y clientes eventuales, se refugiaban allí, recostados sobre el suelo.

Un dependiente de mediana edad, agonizaba entre convulsiones, con la cabeza sobre la mesa mirando al frente y el brazo derecho estirado en diagonal hacia abajo. Acababa de recibir un disparo en la cara, justo después de alcanzar el pulsador de alarma, haciéndola sonar.

-Vaya, parece que esta vez la cosa se pone interesante.- Dijo para sí, mientras intentaba enganchar, con la punta de los dedos, una bala plateada, hallada con éxito en el fondo de su bolsillo derecho. En realidad, le sorprendió la rapidez con que el dependiente pidió ayuda y para colmo, jamás hubiese esperado la presencia casual de un policía vestido de paisano que entraba en la agencia en ese preciso instante. El agente, atrincherado en la calle junto a la puerta de entrada, había logrado alcanzarle en el abdomen, y esperaba atento una segunda oportunidad para reducir definitivamente al atracador, convertido ahora en homicida.

-¡¡¡ Asesinooooo !!!- Se oyó de nuevo entre sollozos, algo más ahogados en la resignación…

-¿Se refiere a mí, señora?- Respondió, mientras giraba la bala entre sus dedos temblorosos, buscando la orientación correcta para cargar la pistola. La bala resbaló y cayó entre sus piernas, pero no alteró en absoluto su interesado discurso.

-Pero… ¡si tendría que estarme agradecida! ¿Acaso no vió la cara de amargado que tenía su compañero? Me refiero a antes de hacerle el favor, claro… ¡jaajajaaaaa!, porque ahora… ¡¡no le renococería ni su madre!!

Tras recuperar la bala y llevarse el antebrazo al vientre, que continuaba emanando sangre a borbotones, inspiró profundamente en un gesto de lacerante dolor, para continuar difamando después.

-¿Realmente cree que su amiguito era mejor persona que yo?-  Dijo, elevando sustancialmente la voz, como el que acumula impotencia y se pone a filosofar desesperadamente.

-¡¿Piensa usted que yo no amo a la vida?!- Elevando a duras penas la bala hacia la pistola, que permanecía apoyada en la pared, prosiguió. -Gracias a mí… ¡¡¡¿¿Sabe a cuántas larvas vamos a alimentar entre él y yo a partir de mañana??!!!

El llanto de la mujer parecía ahora más intenso.

-¡¡¡Sepan ustedes que todo quedará en casa, en este hermoso universo, y que los hijos de sus hijos conservarán algo de nosotros mañana!!! ¡¡¡Alégrense!!! Después de todo… las flores les parecerán igual de hermosas… ¡¡¡¡y la mierda igual de fétida…!!!!

El policía continuaba valorando sus posiblidades.

-Sólo sois humanos en potencia, mas… ¡¡¡mucho me temo que enterraréis vuestro miedo, camuflado de humanidad, cuando enterréis vuestro cuerpo!!!

Al segundo intento, tampoco pudo colocar el proyectil en el oscuro y estrecho agujero del cargador. Este cayó de nuevo, golpeando el suelo con un estridente y repetitivo sonido metálico.

El policía, que había permanecido inmóvil desde su primer acierto, interpretó la señal como si de una tregua se tratase y adelantó inteligentemente su posición, refugiándose tras una ancha columna, ya en el interior del edificio.

-Mi hermanito me lo decía- prosiguió entonces con una voz pausada y melancólica, como si estuviese recitando apasionadamente una hermosa poesía. –Polvo somos y en polvo nos convertiremos. Al fin y al cabo, nosotros, nuestras circunstancias y las circunstancias de nuestras circunstancias… ¡¡¡¡¡forman parte del Todo!!!!!- La frase acabó en un tono diabólico más temible aún que el propio arma que intentaba cargar, y dijo más…

-¡¡Al final, el pobre la palmó en el hospital sin haber disfrutado como yo!!, y todo… porque… jamás… ni él ni nadie… termina nunca de creérselo, como yo lo creo… ¡¡¡ta chaaaannn!!! Jajajaaajaaaaaaa… Ya debía yo acompañarle a estas alturas, pues me ha resultado más que rentable mi puñetera vida… Y mira que se lo dije: debes tener miedo del miedo y de la culpa… ¡¡¡y no de tu conciencia mariconaaaa!!! ¿¿¿A quién vas a temer sino al polvo que eres, osea, a ti mismo???- Entre jadeos, su respiración era ahora más que frenética y podía oirse desde lejos.

El agente asomó entonces la cabeza con rapidez para valorar la situación, dejándose ver…

-¡¡¡¿¿Pero qué haces, imbécil??!!! ¿¿Aún me temes?? A ti también te tocará morir de cáncer, postrado en una cama… ¡¡A ver si entonces tienes pelotas para sonreir como lo hago yo ahora!!

Dicho esto, estiró sus facciones, y abriendo los ojos en demasía, su rostro alcanzaba la típica expresión de asombro terminal. Sus manos se relajaron entonces, y la pistola cayó al suelo, sobre un extenso charco de sangre.

Tal vez, la bala que le mató, era idéntica a la que aún sujetaba en la mano. Y tal vez, la bala que sujetaba en la mano, era idéntica a la que acabó con la vida del otro hombre.

Tal vez, los tres proyectiles, sus circunstancias, y las circunstancias de sus circunstancias, formaban parte… del Todo.

Así lo creía, y con tal convicción, actuó.

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lunes, 30 de abril de 2012

Superposición




Nos lo han dicho de muchas maneras, pero nuestra mente no puede ni quiere aceptarlo, y nunca lo hará.

No le faltan argumentos a favor cada vez que ve amenazado su alimento vital, por menosprecio, duda en la veracidad, o escaso alcance de aquellos pensamientos que sostienen su supremacía sobre la interpretación que sigue a nuestra percepción de la realidad.

El resultado, interminables cadenas de argumentos y amenazas concatenados, en un flujo mental incesante cuyo único objetivo es mantener el secuestro de nuestra verdadera identidad.

De lo contrario, la mente, dejaría de ser.

Sin embargo, no quiero, ni debo, dar más importancia que la justa a este hecho. Con haberlo comprendido, es suficiente, y siempre lo será.

Es evidente que tal determinación indique cierto distanciamiento entre la víctima y el secuestrador, cierta brecha en la consciencia, y no son menos interesantes cuantas conclusiones se derivan del buen uso de esta práctica, bla, bla, bla,.......... más de lo mismo.

Si no te sirve con eso, te lo digo en verso:

La mente en sus trece...
...desatención se merece.

Nada más hermoso que convertir los eslabones en flores
que adornen la realidad palpable del horizonte.

martes, 21 de febrero de 2012

Mas allá del pensamiento



"Sólo mediante la quietud interior tienes acceso al reino de quietud en el que habitan las rocas, las plantas y los animales.

Sólo cuando tu mente ruidosa se queda en silencio puedes conectar profundamente con la naturaleza y sanar la separación creada por el exceso de pensamiento.

Pensar es una etapa en la evolución de la vida.

La naturaleza existe en una quietud inocente que es anterior a la aparición del pensamiento.

El árbol, la flor, el pájaro o la roca no son conscientes de su propia belleza y santidad. Cuando los seres humanos se aquietan, van más allá del pensamiento. La quietud que está más allá del pensamiento contiene una dimensión añadida de conocimiento, de conciencia.

La naturaleza puede llevarte a la quietud. Ese es su regalo para ti.

Cuando percibes la naturaleza y te unes a ella en el campo de quietud, éste se llena de tu conciencia. Ese es tu regalo a la naturaleza.

A través de ti, la naturaleza toma conciencia de sí misma. Es como si la naturaleza te hubiera estado esperando durante millones de años."

Eckhart Tolle - "El silencio habla"

viernes, 17 de febrero de 2012

La planta que tienes en casa...

Mi maestra

"La planta que tienes en casa..., ¿la has mirado detenidamente alguna vez?
¿Has permitido que ese ser familiar pero misterioso que llamamos planta te enseñe sus secretos? ¿Te has dado cuenta de lo pacífica que es, de que está rodeada de un campo de quietud?
En el momento en que te das cuenta de la quietud y de la paz que emana, esa planta se convierte en tu maestra."

Eckhart Tolle - "El silencio habla"

martes, 14 de febrero de 2012

Escombros de crecimiento (3ª Rep.)

Ruinas del poblado de Sancti-Petri (Chiclana de la Frontera)

A ti, compañero infatigable y eterno, sombra de mi sombra, cumbre de la autosuficiencia, comediante absoluto del relativismo...

A ti, que deambulas escondido entre rincones de fronteras semiquebradas y duermes despierto detrás de un pelo; alimentas tu astucia de los escombros de mi superación, y osas oler a podrido, si con ello aparentas estar muerto.

A ti, aquel que, únicamente para ser más, se proclama extraño y singular, generoso y humilde, víctima y enfermo; abandonado, para sentirse único; para no ser creado, fruto de la nada; uno más, para añadirse el signo...

A ti me dirijo, y no olvides ésta, mi máxima, que no la olvidaré yo, para no perderte el rastro:

No te he aniquilado, no has muerto, y jamás voy a poder contigo...

...que a cambio acallaré por siempre aquellos ecos de arrogancia, poder y sabiduría maltrecha, que resuenan galopantes e interminables en este vasto espacio de mi conciencia, ahora dilatado...

...y no me cuentes más de mis anhelos, mis carencias, ni siquiera de mis grandezas, no quiero oirte hablar de Dios, de su ausencia...

...que sólo queda creer ciegamente 'en' aquel que demostró con hechos...

...haberte derrotado.


A mi ego.


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martes, 24 de enero de 2012

Una piedra más



Quiso el destino hostigarme con una enfermedad crónica de las leves y a la vez molestas, aunque tengo que decir también que tuvo después el detalle de invitarme al quirófano, todo un privilegio en los tiempos que corren.
El objetivo, paliar una creciente obstrucción nasal.
El resultado, no del todo satisfactorio... por fortuna para mí.
Quiso además el destino que yo brotara donde crecen los cardos marinos, donde la tierra seca tiene los metros contados antes de sumergirse en el mar, cuya blanca espuma besa a las rocas y las abraza apasionadamente.
Y deseó también la providencia que la sal fuese remedio milagroso de muchas dolencias, incluida la mía.
Allá acudo obstinado cada siete ocasos, visibles o invisibles, botella en mano, para pedir prestado tan sólo una muestra del precioso elemento.
Entre dunas y acantilados, agradezco esta segunda oportunidad que se me brinda, de ser, por unos instantes, una piedra más entre las piedras; y mi botella se colma de sal líquida, de besos y de abrazos...

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sábado, 24 de diciembre de 2011

El mayor de mis deseos



Deseo...

Que vuestro primer deseo
sea la paz atemporal,
la humildad,
la utilidad del sufrimiento que florece ante vuestros ojos,
y la vigilancia permanente sobre el resto de deseos...

...y que además éste...

...se cumpla.



¿Se puede pedir algo mejor?



Buscador de buscadores
os desea una Feliz Navidad
y un introspectivo año nuevo.

viernes, 19 de agosto de 2011

La pérdida del ahora: el engaño fundamental

La mirada del ocaso - Playa de la Barrosa (Chiclana)


"Incluso si acepto completamente que en últimas el tiempo es una ilusión ¿qué diferencia va a causar esto en mi vida? Aún tengo que vivir en un mundo que está completamente dominado por el tiempo.

La aceptación intelectual es simplemente otra creencia y no cambiará mucho su vida. Para realizar esta verdad, usted tiene que vivirla. Cuando cada célula de su cuerpo esté tan presente que se sienta vibrar con la vida, y cuando usted pueda sentir en cada momento de la vida la alegría del Ser, entonces puede decirse que usted está libre del tiempo.

Pero todavía tengo que pagar las cuentas mañana, y me volveré viejo y moriré como los demás. ¿Cómo puedo decir que estoy libre del tiempo?

Las cuentas de mañana no son el problema. La disolución del cuerpo físico no es un problema.

El problema es la pérdida del Ahora, o más bien: el engaño central que convierte una mera situación, evento o emoción en un problema personal y en sufrimiento.

La pérdida del ahora es la pérdida del Ser.

Ser libre del tiempo es ser libre de la necesidad psicológica del pasado para su identidad y del futuro para su realización. Representa la transformación más profunda de la conciencia que usted pueda imaginar. En algunos casos raros, este cambio en la conciencia ocurre dramática y radicalmente, de una vez por todas. Cuando ocurre, generalmente viene por medio de una rendición total en medio de sufrimiento intenso.

La mayor parte de las personas, sin embargo, tiene que trabajar en ello.

Cuando usted ha tenido los primeros atisbos del estado intemporal de conciencia, comienza a avanzar y retroceder entre las dimensiones del tiempo y la presencia. Primero se vuelve consciente de cuán raramente su atención está realmente en el Ahora. Pero saber que no está presente es un gran éxito: este reconocimiento es presencia, incluso si inicialmente sólo dura un par de segundos del tiempo de reloj y se pierde de nuevo.

Después, con frecuencia creciente, usted escoge tener la atención de su conciencia en el presente, más que en el pasado o en el futuro y cada vez que se da cuenta de que había perdido el Ahora, puede permanecer en él, no por un par de segundos sino por periodos más largos percibidos desde la perspectiva externa del tiempo del reloj.

Así que antes de estar establecido firmemente en el estado de presencia, es decir antes de ser completamente consciente, usted fluctúa por un tiempo entre la conciencia y la inconsciencia, entre el estado de presencia y el de identificación con la mente.

Usted pierde el Ahora y vuelve a él, una y otra vez.

Eventualmente, la presencia se vuelve su estado predominante.

Para la mayor parte de las personas, la presencia no se experimenta nunca o sólo accidental y brevemente en escasas ocasiones, sin ser reconocida como lo que es. La mayoría de los seres humanos alternan, no entre conciencia e inconsciencia sino sólo entre distintos niveles de inconsciencia."


Eckhart Tolle - "El poder del ahora"

lunes, 4 de julio de 2011

La acusación particular



Cuando por fin puso los pies en la calle, ya había perdido la noción del tiempo, y extraviado incluso el olvido de su verdadera identidad.

– Debe ser el año más corto jamás visto – Pensó, mientras avanzaba a duras penas entre una variada muchedumbre que, aunque sólo fuese colectivamente, parecía dirigirse hacia algún sitio. Ajenos a todo en un rincón, unos niños amontonaban la poca nieve que aún podían rescatar bajo una colorida capa de papelillos de carnaval mezclados con la cera aún caliente de las procesiones, para dar forma a un gracioso muñeco de Navidad, muy bien visto por aquellas fechas.

Tras adentrarse por una ajustada callejuela pudo caminar más desahogado, aunque una colección completa de guirnaldas apenas dejaba al descubierto una porción de cielo nocturno, donde degustar siquiera alguna que otra estrella. Un pasadizo inundado por una agradable brisa que no se dejaba sentir, le condujo a una pequeña plaza, desde la que sólo tuvo que dejarse caer por un angosto callejón peatonal de un solo sentido, para llegar a su destino: “COMISARÍA Nº 7” podía leerse sobre la puerta con letras gruesas, semiocultas bajo unos coloridos macetones sin flores que colgaban del balcón superior.

Nada más entrar, encontró a un guardia sentado junto a la puerta, de aspecto rudo y a la vez relajado.

– Buenas noches, quería poner una denuncia.

Este le contestó de inmediato, sin apartar la vista de una lista interminable de nombres que envolvía toda la mesa y parecía retornar allí de nuevo después de merodear por toda la sala.

– ¿Qué le ha ocurrido?

– Me han secuestrado – Y prosiguió, esta vez ante la mirada atenta del agente.

– Me han tenido mucho tiempo encerrado, y esta misma tarde… he podido escapar.

Al menos media docena de gendarmes ocupaban este primer espacio de la comisaría en mesas adyacentes. Atareados con el fragmento de listado recibido sobre sus pupitres, se afanaban de vez en cuando en anotar algo con letras rojas en el espacio vacío, a la derecha de la columna infinita de nombres que circulaba sin descanso ante sus ojos. A juzgar por la longitud de las grafías, bien pudieran tratarse de más nombres, que debían emparejar con los primeros.

El primer guardia, después de tachar un par de líneas semivacías en la relación recibida de sus compañeros y almacenarla de forma continua en un cesto bajo la mesa, y no sin antes copiarlas al otro extremo de la ristra de papel para enviarlas de nuevo a paseo, se dispuso a reanudar el interrogatorio.

– Por favor, siéntese. Cuéntenos sobre el aspecto de sus captores con el mayor detalle, todo lo que sepa. Así podremos actuar con rapidez.

La trascendencia de un caso tan prometedor acaparaba ya toda la atención de los gendarmes más próximos, interrumpiendo sus labores. En pocos segundos, la curiosidad contagiaría al resto del personal.

– Tengo miedo… mucho miedo. Durante años, me amenazaron repetidamente con acrecentar mi sufrimiento, si en alguna ocasión lograba escapar y delatarles…

– No debe temer nada, tranquilícese. Tal vez no esté a salvo ahí afuera, pero aquí lo estará, sin duda. Por favor, cuénteme, ¿dónde le han retenido?

– Bueno… mmm… – Abriendo completamente los ojos, parecía envalentonarse – Le parecerá un tanto extraño. Durante décadas, he creído estar libre, rodeado de montañas, frondosos bosques… hermosos paisajes… pero solamente en la distancia.

– ¿Cómo dice? ¿Le han tenido secuestrado en el campo?... ¡¿Ha dicho décadas?!

Las miradas se cruzaron ingenuas entre los agentes, entretejiendo un ambiente primero sorpresivo y después, a juzgar por el aspecto normal de la víctima, con tintes festivos…

– Verá, no voy a negar que he tenido libertad de movimientos durante todo este tiempo. Le diré más bien, que sólo fue relativo. Por más que intentaba dirigirme hacia esos parajes inconmensurables que podía divisar en la lejanía, jamás logré alcanzar ninguno de ellos. Es más, finalmente pude averiguar que, en lugar de moverme yo, era siempre el suelo el que avanzaba en sentido contrario al mío – Terminó diciendo, como el que llega exhausto a la meta de un maratón, pero muerto de… no cansancio, sino vergüenza.

En total, entre los gendarmes que permanecían en sus puestos escuchando absortos, mostraban en aquel momento una veintena de dientes, bajo una media sonrisa no exenta de ironía.

La declaración continuó, y durante un largo rato fue testimoniando con todo lujo de detalles su estancia en aquel lugar cada vez más extraño. Cómo descubrió la interminable e inesperada inmovilidad a la que estuvo sometido para acabar finalmente contagiando su quietud al mismísimo suelo. De qué forma, un breve pero intenso golpe de agudeza visual que no merece ser descrito aquí, le llevó de un salto a darse de bruces contra el lejano horizonte tan anhelado…

– Un pliegue – Dijo.

En este momento, la risa, disfrazada de incredulidad y desconcierto, traspasó incluso los límites de este relato.

– Eran dibujos. Estaba rodeado de pinturas murales…

Esto último potenció lo que cada uno de los allí presentes, pensaba en aquel instante. El guardia, levantando una mano en el intento de acallar el tropel creciente de carcajadas, sólo pudo romper su propio silencio, al tomar la palabra con voz algo subida de tono y exageradamente pausada.

– Por favor, dígame. ¿Quién le hizo TODO esto? – Le preguntó, con la misma mirada compasiva con que ahora todos, por fin en silencio, le observaban. El abrupto énfasis al final de la frase, no hacía sino insinuar que a este individuo debió ocurrirle mucho más de lo que textualmente, contaba en la narración de los hechos.

Su primera respuesta fue un gesto negativo, al tiempo que bajaba vergonzosamente la cabeza. Dirigiendo después la mirada hacia una de las cintas plateadas que adornaban la sala formando olas a diferentes alturas sobre la pared, sentenció profusamente en un acto de rendición:

– He sido yo.

El suelo, se mostraba ahora vertiginoso bajo sus pies, y en sus ojos húmedos se reflejaban majestuosas montañas de picos nevados, oscurecidas a contra luz por un sol abatido que descendía solemne entre pequeños cirros anaranjados, hacia el océano. Tan sólo reflejos, en la cruel soledad de un falso mar de esperanzas que comenzaba a desbordarse sin piedad alguna por sus mejillas…


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viernes, 22 de abril de 2011

Hágase

Desfiladero de los Gaitanes (El Chorro - Málaga)


"No hace falta ser cristiano para comprender la profunda verdad universal contenida simbólicamente en la imagen de la cruz.

La cruz es un instrumento de tortura. Representa el sufrimiento más extremo, la mayor impotencia con la que un ser humano puede toparse. Entonces, de repente, ese ser humano se rinde, sufre voluntariamente, conscientemente, y eso queda expresado en las palabras: "Hágase tu voluntad, y no la mía." En ese momento, la cruz, el instrumento de tortura, muestra su cara oculta: también es un símbolo sagrado, un símbolo de lo divino.

Lo que parecía negar la existencia de cualquier dimensión trascendental en la vida, se convierte, mediante la rendición, en una abertura a esa dimensión trascendental."

Eckhart Tolle - "El silencio habla"

viernes, 25 de febrero de 2011

Desaparecido

Gigantismo forestal - El Bosque


Eres especial.

Y lo eres justo en la misma medida que tus semejantes.

¿Sabes quién eres realmente?

Aquel que reconoce y se alegra, justo en la misma medida, de ambas verdades.

Búscate.

domingo, 13 de febrero de 2011

La elección

Reflejos dorados

Sin lugar a dudas, he aprendido de la mayoría que en río revuelto es preciso dejarse llevar, y aunque el ángulo de maniobra se reduce considerablemente, aún queda margen suficiente para alcanzar alguna que otra ribera, siempre inexplorada…

Sin más útil que mis propios pies, no son pocas las piedras que encuentro a mi paso y en las que afortunadamente, consigo apoyarme. Multitud de formas rocosas que emergen de entre aguas turbulentas y que de no ser por la resistencia que ofrecen al fluir de la corriente, bien podría decirse que flotan en la superficie, ajenas a la oscura profundidad de este manantial insondable.

Después de cada salto, nace una nueva perspectiva, sin duda.

De entre todas las piedras que a mi juicio se muestran a mi alcance, fijo la atención en la más apetecible, aquella que promete más seguridad y a la vez capacidad para soportar todo el peso de mis ansias.

De estar yo en posesión de la verdad, o de creérmelo, me hubiera abalanzado sin más.

No obstante, a pesar del sonido amenazante de cascadas y traviesos torbellinos disfrazados de insatisfacciones, y la inquietante hermosura en los reflejos dorados de un sol siempre decreciente, presagio de la más absoluta oscuridad que cabalga hacia estos parajes, hago una pausa.

Buscando el motivo de mis anhelos, me pierdo un instante, a veces eterno. Pero al igual que emergen los deseos, aunque no sin dificultad, afloran también las causas, y éstas irremediablemente conducen a su tansmutación.

Aquella piedra tan deseada, perdió todo el protagonismo, todo el misterio, pues para bien o para mal, no hay magia alguna para aquel que acaba descubriendo el truco que la sustenta.

Es justo en este momento, cuando me decido firmemente a dar el salto… ¿no es eso lo que la mayoría espera de mí? ¿Podrá reprochárseme algo?

Ahora, de entre todas las opciones, es precisamente en aquella piedra donde quiero estar, contemplando así la inaudita perspectiva que me otorga un deseo desintegrado a voluntad: la piedra equivocada del camino equivocado… de la vida.

No ha sido sino la humildad, la que me reveló el verdadero valor de la desconfianza propia y de la dinámica que surge a tenor del colmo del inmovilismo: de todos los lugares posibles, el más inexplorado es siempre aquel en el que me encuentro…


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domingo, 6 de febrero de 2011

Observa

Hacia la cima de El Torreón (Grazalema)


Incluso la condición de verdadero o irreal, de auténtico o de falso, pasa a un segundo plano, cuando es observada, sin más.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Mi deseo


...y en la breve magestuosidad del cielo crepuscular,
una estrella fugaz indicaba el camino
hacia la eternidad de aquel instante.

Que en nuestra entretenida bóveda mental,
los pensamientos vacuos no distraigan la atención
sobre aquellos que hunden sus raíces...
...en el autoconocimiento.

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os desea una Feliz Navidad
y un introspectivo año nuevo.

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