lunes, 18 de marzo de 2013

Palabras


Me encontraba delante de la televisión, y aunque no suelo verla mucho, en aquella ocasión la encendí. Una periodista conversaba con un reconocido personaje internacional. No sé por qué motivo, el audio del televisor se encontraba al mínimo. Me incorporé con rapidez para alcanzar el mando, pero algo me detuvo.

La mujer parecía decir algo con notable excitación en aquel momento. Noté que su rostro hablaba por sí mismo, en mitad del silencio. Sus facciones eran auténticas corresponsales de sus adentros. Un primer plano como aquel, en total ausencia de palabras, aportaba tal torrente de información interior, que decidí abstenerme de subir el volumen.

Curiosamente, no podía saber lo que decía, pero sí por qué lo decía.

Me era imposible hacer juicios sobre la veracidad de sus argumentos. Sin embargo, la ausencia de tales juicios, parecía dejar en mí espacio suficiente como para percibir con claridad los 'argumentos de sus argumentos', el incuestionable y desconocido trabajo del telonero que hace posible un espectáculo redondo, las fascinantes piruetas de los metatarsianos que dan vida a una marioneta...

Por un momento, me pregunté si la mujer era consciente de todo aquello, mientras hablaba... y me respondí acto seguido, y no durante, al descubrir yo que acababa de perder de vista los propios hilos que sustentaban mis argumentos, los míos. Tal vez fue así, porque cuestioné con palabras... porque entoné en mi interior la misma cantinela que la televisión se había negado a mostrarme. Sin duda alguna, eran versiones diferentes de la misma obra.

Aprendí del silencio, que las palabras son la expresión más nítida del secuestro mental, consumado en el orador, y pronosticado en el oyente.

Es así, salvo cuando conducen al silencio del que provienen...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te detuviste en su lenguaje corporal y lo que ella trasmitía... aquí sucede algo parecido cuando leemos estas pequeñas letras que nos dejan, percibimos y escuchamos lo que su silencio nos deja.
Un placer leerte, te dejo un fuerte abrazo!

Angelina O. dijo...

Creo que más de un 50% del mensaje que recibimos -y emitimos- es comunicación no verbal.¡Interesante!


Un abrazo, An

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